Hace unos días, hice un comentario, a unas declaraciones sobre La Bastida, que hizo una representante política de la Asamblea Regional.

Estaba de acuerdo con ella en que la Cultura y el Patrimonio no deben ser considerados como un simple gasto para las Administraciones.

Efectivamente, la Cultura y el Patrimonio son mucho más que todo eso. Son una fuente de riqueza para nuestra cultura y nuestra educación, pero además son fuente de riqueza material para todos los sectores industriales y comerciales de nuestra sociedad.

Y esa riqueza, que bien administrada, nos va a beneficiar a todos, hemos de saber consolidarla, invertirla y potenciarla.

En la penúltima polémica sobre el Yacimiento de la Bastida, al final, solo ha quedado una frase que se repite como un lema: “No vamos a permitir que los restos arqueológicos salgan de nuestro pueblo”.

Me parece muy bien. Yo tampoco quiero que salgan, pero es que ese no es el asunto principal del problema.

El asunto principal es que tenemos una gran riqueza patrimonial en La Bastida y no se está invirtiendo adecuadamente.

Decía, en el comentario a las declaraciones que mencionaba antes, haciendo un simil económico, que un empresario o un inversor razonable e inteligente, difícilmente se le ocurriría guardar sus valores en una caja en su trastero. Y más, cuando esa caja de seguridad, le está costando un precio que no le aporta nada para poder difundir su producto y rentabilizar su potencial. 

Este inversor, en una sabia decisión, sacaría sus productos al mercado y los invertiría de forma diversificada, en productos sólidos y de confianza, que le permitieran seguir creciendo y fortaleciendo el futuro de su empresa. Pero para ello antes habría diseñado un proyecto, una estrategia, que le conduciría a alcanzar el fin que se había propuesto, y que cuando apareciesen bifurcaciones en el camino trazado, sabría reconocer y elegir cuál es la trayectoria que más le acerca a su meta.

En nuestro caso, y según mi criterio, lo más acertado sería crear un espacio expositivo y musealizado, capaz de albergar todas las piezas existentes de nuestro pasado histórico, capaz de exponer y divulgar todas las culturas que han pasado por nuestra tierra: Argárica, Ibérica, Romana, Árabe.

¿Os imagináis la capacidad de convocatoria que tendría este espacio? 

Y desde aquí, actuando como lanzadera, los visitantes podrían acudir a los Yacimientos de La Bastida o de las Cabezuelas o de la Tira del Lienzo.

¿O acaso hay que hacer un museo en cada uno de esos lugares? ¿No sería más razonable hacer un única lugar de exposición de todos nuestros valores arqueológicos en lugar de hacer sucursales repartidas por el municipio? El hacer un Museo de Arqueología en la población, no restaría contenidos ni visitas a La Bastida, todo lo contrario, multiplicaría el interés por visitar el Yacimiento.

Ahora bien, para conseguir esta meta hace falta el presupuesto adecuado, algo que actualmente el Ayuntamiento de Totana no se puede permitir.

¿Cuáles podrían ser las actuaciones que se podrían ejercer para conseguirlo? 

En primer lugar redactar el proyecto de musealización oportuno.

Con este documento, solicitar en todas las instancias posibles, públicas y privadas, la financiación para hacerlo posible. Y desde este mismo momento dejar de gastar dinero público en aquellas actividades que no están produciendo ningún avance en la meta final que nos debemos proponer, el Museo Arqueológico de Totana.

Por supuesto, estoy hablando de retirar las piezas arqueológicas del yacimiento de la Bastida, piezas que, por su sola presencia en un lugar, hacen imprescindible le existencia de un sistema de seguridad con el gasto que esto conlleva.

¿Y qué podemos hacer mientras tanto con las piezas arqueológicas? Pues, además de depositarlas temporalmente en los espacios habilitados para estos fines por la Dirección General de Bienes Culturales, se podrían depositar en instalaciones municipales o de la Policía Local, donde no sería necesaria una vigilancia extra a la que ya se posee.

Estas instalaciones, si no dispusieran de las condiciones adecuadas, haría falta una mínima inversión para proporcionársela.

Y mientras tanto, estaríamos ahorrando un dinero muy necesario, más de 125.000 € al año, para invertirlo en las instalaciones definitivas del futuro Museo.

Estaremos multiplicando y optimizando nuestros recursos y riqueza, porque redundaría en beneficio de todos los sectores de Totana, culturales, patrimoniales, sociales, económicos, turísticos,...

Por eso, toda la sociedad totanera, especialmente sus representantes políticos, deberíamos ser capaces de unir nuestras fuerzas para conseguir este fin beneficioso para los intereses generales de Totana.

Un cordial saludo para todos.
Paco Guerao. Arquitecto.