Bar España. Rincones de Totana

En los años de la posguerra Juan García Soler instaló el Bar España en la calle del Puente, en un edificio de la familia Lloret, junto a la casa del doctor Lloret, que inicialmente fuera Casino Liberal, hoy conocida como Casa Azul. Abría las puertas y la sonrisa muy temprano para acoger a las personas que tomaban café y alguna copa antes de salir al campo a trabajar, dando posteriormente almuerzo, aperitivos y todo el servicio que le era propio.

En la planta superior había mesas en las que poder realizar juegos de mesa, siendo además una especie de bolsa de la naranja en épocas de venta de la misma, ya que era allí donde se reunían los compradores y acudían los labradores que tenían naranjos para realizar sus operaciones de compraventa. De todo ello solía tomar nota y hacer las cuentas el abuelo de la esposa de Juan, propietario del Bar España. 

Cuando Ginés el hermano de Juan tenía nueve años empezó a trabajar como ayudante en los menesteres en los que su edad le permitía, pero era un chico espabilado y buen trabajador, con fácil trato con las personas, lo que lo convirtió pronto en un excelente camarero, permaneciendo en el establecimiento hasta su cierre.

Tras la famosa riada que se llevó consigo la antigua Posada de Santa Rita o del Puente, en su solar se hizo una nueva edificación en cuyo bajo comercial Juan instaló el nuevo Bar España y seguía teniendo a Ginés de ayudante.. Ya se hizo un local moderno como mandaban las nuevas modas, nuevas tapas, más abierto y en absoluto parecido a las viejas tabernas totaneras. Tenía este bar una estupenda gramola en la que se insertaba una moneda y se escuchaba la mejor música del momento, que atrajo a la juventud que hizo suyo el bar. Tuvo Juan como camarero a Paco Perellón, que con su buen gusto musical actualizó los discos de la gramola.

Mientras tanto su hermano Ginés se había casado, tenido hijos y buscando mejores medios de vida para su familia se había empleado de conductor de autobús en la línea Lorca-Murcia, donde permaneció unos años hasta que decidió regresar a la hostelería dirigiendo el Bar Moreno hasta el año 1994, en el que al derribar el edificio adjunto tuvo problemas de estabilidad y hubo de cerrarse.

Entonces Ginés, con un establecimiento restaurado, volvió a dirigir el Bar España en su segunda y última ubicación. Fue sin duda el centro de la hostelería totanera, pues el lugar en que se encontraba era muy céntrico, abría bien temprano, contó con la inestimable ayuda de su esposa Clementa Adán Ruiz, que ofrecía una cocina sabrosa como pocas, con una exquisita limpieza y una esmerada atención. Los domingos ayudaba en la cocina su suegra, María, que nos ofrecía en el desayuno los más esponjosos y ligeros buñuelos que se podían tomar.

A Ginés le llegó la hora de la jubilación y se retiró quedando su hijo Ismael al cargo. Con la simpatía que le caracteriza y buen gusto para la cocina lo mantuvo abierto un par de años y nos dejó huérfanos de un Bar España que sigo echando de menos y como yo muchos más. Recuerdo que los sábados me llegaba a las ocho encontrando casi siempre a la misma gente, entre ellos personajes irrepetibles como Antonio Belchí, el vendedor de la Once con sus muletas, con aquella escandalosa risa que se escuchaba desde la puerta de la iglesia de Santiago. Otro era Ginés Gandía, personaje singular donde los hubiera, que había sido un golferas de joven pero dedicaba entonces su vida a cuidar a sus padres enfermos y tenía como tiempo libre el que empleaba su cuñada en limpiar la casa de los progenitores, que pasaba en el bar departiendo con todos. Tenía un sentido del humor inteligente, unos gestos absolutamente suyos y un lenguaje especial, muy suyo. Yo decía que hablaba en gandiés, pues era el idioma de Ginés Gandía Tudela.

Lamentablemente no hemos logrado que el último propietario nos facilitara fotografías del Bar España, no obstante, María, hija de Juan nos ha dejado la que acompañamos que está en franco mal estado, ya que las que disponían las entregaron a Mateo García y ahora están en su legado al Ayuntamiento.

Desde aquí el recuerdo y la nostalgia del Bar España, uno de esos locales que marcaron época y que por imperativo del tiempo han ido desapareciendo.

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