En estos días en los que Totana concurre con su patrona a Mérida, al encuentro de sus raíces devocionales, se pone de relieve, una vez más, la hondura de este fervor, la grandeza del testimonio de fe y esperanza que esta arraigada piedad ha infundido a sus vecinos a lo largo de los siglos, alentando y fortaleciendo su transitar por la existencia. A la luz de santa Eulalia, Totana ha forjado sus esencias, ha trenzado sus aspiraciones, afanes y avatares, vivificando sus esperanzas.
Con esas brisas, su pueblo ha sido capaz de avanzar en el diálogo, en el encuentro, en la concordia. En torno a su figura es posible canalizar inquietudes, atender diversidades, abrir espacios de comunicación. Una preciada llama que invita a desarrollar proyectos, iniciativas e intervenciones presididas por el consenso, por la confluencia de esfuerzos y experiencias.
En consonancia con esta manera de proceder la Fundación La Santa, órgano dinamizador de los valores que definen a nuestra patrona, emprendía en junio de 2019 El Camino Eulaliense, una ruta de peregrinación entre Totana y Mérida. Surgía con la idea de vincular también en lo espiritual y devocional a dos ciudades que vibran en torno al testimonio de la Mártir. En estos días, después de haber recorrido más de setecientos kilómetros en treinta etapas, ha llegado el momento de ver el fruto de ese trayecto. Para celebrar tan magno acontecimiento se han preparado una serie de actos, en los que la imagen de la patrona de Totana presidirá situaciones tan especiales como la recepción de los peregrinos en el puente sobre el Guadiana, todo un símbolo del poder romano, de aquel que Eulalia desafió con la fuerza del Evangelio. Acompañada de la reliquia que de la Mártir venera Mérida, ofrecerán la Eucaristía en la basílica martirial de Santa Eulalia, en tierras de Extremadura. Actuaciones musicales, en las que el folklore y las composiciones tradicionales sonarán con la maestría con que los grupos de nuestra ciudad saben interpretar, aportando notas de regocijo a este singular evento.
Ante tan admirable hecho, han sido muchos los hombres y mujeres de Totana que se han movilizado para apoyarlo y vivirlo, un extraordinario episodio que queda grabado con entidad y naturaleza en los anales de nuestra ciudad. Con similar trascendencia se ha de inscribir el trabajo fecundo, sereno, meditado y eficaz de la Fundación La Santa. Cada uno de sus miembros ha sabido asumir retos que, perfilados con empuje y solidez, con responsabilidad y esmero, contribuyen a dar prestancia y nobleza a un programa que ya se ha transformado en realidad.
Una nueva calzada nos une con Mérida, un sendero que no ha sido marcado con la opresión expansionista del Imperio, sino que se ha cincelado con la fraternidad y la apertura; un trazado con el que proclamar con la palabra y la obra que el amor y el fervor a santa Eulalia se desborda en Evangelio cuando hacemos aroma, aliento, razón y sentido la fidelidad a Cristo que ella defendió ante el magistrado romano.
Que estas certezas que se solemnizan en estas jornadas sean la aurora de una arteria de fluidez y continuidad en donde los que discurran por ella llenen su alma de gratitud al Creador por el regalo de la naturaleza, propaguen su cuidado y respeto, extendiendo sus manos hacia la misericordia, la justicia y la hermandad.
Juan Cánovas Mulero