"Historia del tren y un amor imposible"

(Distorsiono y evito algunos detalles que enriquecerían este torpe y verídico relato, escrito en 6 minutos)

Los trenes forman parte de nuestra vida y sueños. En mi caso, recuerdo aquellas filas inmensas de equinos, pasando por la casa de mi abuela en las Navas (Calle Alcántara), camino de la Estación tras la Feria de Septiembre. La llamada y famosa, "Feria de los Burros" que se celebraba en la Rambla de La Santa.

Paseos con mis tías o con mi abuelo Juan por la Estación, caminando por las vías, buscando "caga hierros" para el Belen de Navidad.. Observar aquellas locomotoras -alimentadas con carbón-, o el paso del Tren Correo, desde Granda a Barcelona y Viceversa. Las Películas del tren o los míticos Transiberiano o Union Pacifico. Utilicé aquellos "borregueros", camino de Francia a la Vendimia y otros, hacía el Servicio Militar Obligatorio.

¿Y las estaciones? He tenido la suerte de dormir alguna noche en un banco de estación en ciudades como el Puerto de Santa María, Talavera de la Reina o Alcazar de San Juan y es una experiencia inolvidable.

"Cuando era más joven viajé en sucios trenes que iban hacia el norte...", cantaba Sabina. Hace unos días, subí al primer tren camino de Murcia. Tomé asiento, buscando la soledad e intimidad, absorto en tantos problemas a los que me enfrento en el día a día de difícil solución, repasando los papeles y correos en el móvil.

En esas, una mujer mayor a la que conozco pero ella no sabe que soy el Acalde, se sentó junto a mi. De familia ligada a la burguesía totanera, siempre la he considerado una persona abierta y excelente en el trato, como a su familia. Se inicia una grata conversación por su parte:

Hortensia (Nombre Figurado pero muy cercano)- Buenos días. No te conozco porque como viví mucho tiempo en el Sur Francia y ahora, tengo una casa en Murcia, que comparto con la de Totana que era de mi madre ya fallecida...

Juan José - Soy el nieto del "Ama, Eusebia". Hijo de María.

Hortensia -Claro, tu abuela amamantó a mi hermano en aquella época en la que mujeres "daban teta" a otros niños que sus madres no tenían leche. Ella (Eusebia), fue el "Ama de leche" de mi hermano y la queríamos en mi casa como si fuese de la familia.

Juan José - Es un sentimiento recíproco.

La grata conversación con esa mujer, me hace olvidar las penas por un rato y me introduce en una preciosa historia de amor imposible con un final feliz.

- Tras la guerra, mi tío (hermanos de mi madre) que era fotógrafo en Totana, tuvo que exiliarse en Francia por sus ideas republicanas. Yo no lo conocía y pasados los años, tras muchas penas, mi abuela decidió visitarlo en un bonito pueblo del Sur de Francia, cerca de Lurdes.

- Cuando nos encontramos -acompañada de mi abuela, su madre-, me quedé prendada de aquel hombre al que veía por vez primera. Que fuese hermano de mi madre o una diferencia de edad tan grande, no fue un obstáculo para que naciese en mi corazón aquel sentimiento de amor por él, que con los días, fue correspondido.

- Cuando llegamos de vuelta a Totana, mantuvimos una relación, por cartas. Ese sentimiento de amor compartido iba desarrollándose hasta el punto de decidir hacer público nuestra intención de unirnos en matrimonio, con el rechazo absoluto de mucha gente y, especialmente de mi padre que montó en cólera.

- En pleno franquismo, una familia de la burguesía totanera, que una joven se hubiese enamorado de su tío, varios años mayor que ella y, además, republicano exiliado en Francia, era poco menos un "sacrilegio", difícil de entender.

- Hortensia, me cuenta los hermosos detalles en los que luchan por ese "amor imposible", superando todo. Incluso que el hombre al que ama, se arriesga a entrar en España para encontrarse y preparar la boda, con un rechazo cada vez mas frontal por parte de su padre (que lo amenazó de muerte) y alguna parte de la familia. La complicidad de otros, entre ellos un taxista que fue determinante en la "huida" a Francia, juntos.

- "Nos instalamos en el pueblo francés en el que vivía y ejercía de fotógrafo. Tuvimos dos hijos (no recuerdo si este dato es exacto) y fue la mujer más feliz del mundo. Mi marido (y tío), falleció y al tiempo, nos vinimos a Totana, para cuidar a mi madre.

Observo el brillo en los ojos de Hortensia al recordar esa experiencia de la vida, contada con toda la naturalidad y siento admiración y envidia ante la valiente mujer que tengo enfrente. Los 40 kilómetros e tren, se me habían hecho eternos, mientras mi mente volaba a cada escenario de esa Bella Historia de Amor.

Bajamos y la acompaño en la salida de la Estación del Carmen, donde recuerdo cuando estaban las carretas de caballos, esperando al los viajeros del tren para trasladarlos a su destino en Murcia. Hortensia va a coger un autobús que la llevará al Norte, donde tiene el piso...

Hortensia - "Me han propuesto escribir un libro con mi historia, pero siento un poco de pudor y creo que no le interesaría a casi nadie...", me comenta, mientras le doy un beso despidiéndome.

El Nieto del Ama, Eusebia - Pues para mi es una historia humana preciosa. Esta mañana me has ayudado a "viajar al tren de mi vida y a conocer una mujer formidable, que diría la Madre Teresa de Calcuta"

Camino absorto a mi cita Dirección General de no recuerdo qué Consejería, con la certeza que el ejemplo de Hortensia es determinante para superarlo todo en la vida.

11 marzo 2016

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