"El cazador solitario de estrellas fugaces"

A estas alturas a casi nadie se le escapa "mis dotes" de observador en aquellos complicados tiempos de los años 60, cuando apenas levantaba un jeme del suelo. Como mis abuelos tenían la casa en la calle Las Navas en pleno corazón del "Zoco", tuve la suerte de conocer personajes que he ido repasando con el transcurso de los años. Uno de ellos fue Antonio Muñoz Utrera, más conocido por el alias de "El Tonto". A pesar de su apodo, "El Tonto", de tonto no tenía un pelo en su poblada y cuidada cabellera.

"El Tonto" tenía una planta entre Clark Gable, sin bigote y Antonio Mairena, pero con pelo. Un dandi, vamos. Gitano de una vez, que hacía muy buen vino y nunca se borraba la pícara sonrisa de su boca. Como si Federico Garcia Lorca se hubiese inspirado en "El Tonto" para su Romancero Gitano por aquello de "Yo me la llevé al río, pensando que era mocita pero tenía marío...". Casado por el rito gitano con Rosario, "La Habichuela", tuvieron una extensa prole y habitaron en la calle Palacios, en las faldas de la Cárcel del Partido Judicial hoy Casa de la Cultura.

Afamado guitarrista y mucho temple con el cante, "El Tonto" era muy solicitado en los conciertos y turné de época. Cuentan que a veces, "El Tonto" tardaba años en regresar de sus giras, mientras la paciente y buena mujer, Rosario, los esperaba a sabiendas que volvería. Hermano de Joaquín, "El Porras", Antonio "El Tonto", no llegó a novillero y se conformó con la guitarra que acariciaba de una forma especial.

Recuerdo una anécdota. En el cruce de la Turra, apuñalaron a Joaquín por una deuda. Antonio, fue a visitar a su hermano al Hospital Provincial. Se lamentaba, "El Porras", mientras curaban las heridas infringidas por la traicionera faca. "¿Pero te ha alcanzáo?", inquirió "El Tonto" a su hermano herido ("Alcance" significaba afectar a órganos vitales la puñalada trapera). "No, no me ha "alcanzáo", tranquilizó Joaquín "El Porras", bastante avezado en el arte de torear novillos en la Plaza de Toros de la Avenida Santa Eulalia.

Como buen calé, "El Tonto" contaba entre sus aficiones, además del cante flamenco y derivadas del mismo, su pasión por la "ligá" y la caza. Modesto en sus pretensiones, "El Tonto", cazaba con galgos y también con "Visco" que elaboraba él a base de "piriega" y otras raíces bulbosas del monte. Además de su uso en la caza de pájaros, Antonio vendía botes de "visco". Como su nombre indica, el "visco" era una masa que se enredaba a un esparto verde y su función era enredarse en las plumas para evitar el vuelo de los desdichados pájaros.

"El Tonto" sujetaba el esparto con los labios y lo iba enredando el "visco" con los dedos de forma magistral. Solo tenía que buscar el charco y la hora que los pájaros iban a saciar su sed para enredarse en las finas plumas y no poder levantar el vuelo, siendo atrapados por las ágiles manos de Antonio. Una sistema de caza bastante interesante en la forma pero rechazada por mi en el fondo. Al final, los pájaros terminaban en la sartén o eran vendidos en las tabernas. Recuerdo cuando murió (de viejo, como no podía ser de otra forma) que la familia guardó luto gitano durante semanas. Incluso yo acudí a las "ceremonias" pues era un hombre del que algo, había aprendido en la vida y al que le tenía afecto.

Ahora que el PP anuncia va a "levantarse la veda" contra ellos en septiembre, recuerdo a Antonio Muñoz Utrera, "El Tonto" del que aprendí mi animadversión por la caza. Desde entonces y ya hace años, siempre he preferido la caza solitaria de Estrellas Fugaces. El Problema es que no podría utilizar el "Visco" pues son muy rápidas cuando rasgan el cielo en la noche.

13 agosto 2014

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