La Alcaldía solicita ayudas a los Gobiernos estatal y regional para paliar las consecuencias económicas de la crisis sanitaria sobre el sector de la flor cortada y planta ornamental

El alcalde, Juan José Cánovas, ha solicitado a los Gobiernos central y regional ayudas al sector de la flor cortada y planta ornamental en el municipio de Totana y la comarca del Guadalentín, afectado por la crisis sanitaria, ha mostrado su más firme apoyo más firme a las empresas totaneras del sector, así como a los floricultores. 

Entre semilleros, viveros, productores y comercializadores son cerca de una decena de empresas y alrededor de un centenar puestos de trabajos directos e indirectos los que se ven afectados. En este sector los afectados en este municipio son los productores de flor cortada, flor ornamental, viveros y centros de jardinería. En cuanto a la flor cortada, lo cierto, es que no son muchas las familias afectadas porque no quedan ya casi plantaciones en el municipio.

Cánovas ha informado que nos mantenemos en contacto permanente con algunas de las empresas, que han perdido toda la producción del mes de marzo en adelante; y nos comentan que tienen las cámaras frigoríficas llenas de flor, que van a ir a la basura, con perjuicio tanto para productores y comercializadores al igual que a los agricultores colaboradores. 

Las pérdidas son cuantiosas dado además de que se han cancelado todos los pedidos que han perdido, al haber anulado la celebración de fiestas tradicionales como la Semana Santa, San José o el Bando de la Huerta de Murcia en las Fiestas de Primavera de Murcia.

La Alcaldía ha pedido a ambas Administraciones escuchar al sector y atender sus consultas y tomar medidas extraordinarias para los floricultores; y les ha instado a aprobar un decreto ley con medidas como reducir el IVA al cuatro por ciento, permitir préstamos a cinco años sin interés o la bonificación íntegra de las cuotas de la Seguridad Social durante un año.

Además, el alcalde ha recordado que se trata de un sector muy importante para la economía social, dado que la gran mayoría de las producciones están regentadas por unidades familiares, que no puede acogerse a ningún tipo de ayuda ni ERTE y otras pérdidas económicas son millonarias.

Los agricultores han visto clausurados sus puntos de comercialización en unas semanas en las que suelen vender más del 50% de la producción anual, circunstancia que se agrava con la suspensión de numerosas fiestas propias de la primavera

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